Es importante tener en cuenta que los fertilizantes no son la cura ni la solución para las plantas enfermas, que no se adaptan a su entorno o las que están mal cuidadas.
Además, es necesario tener en cuenta que los fertilizantes son apropiados solo cuando son necesarios, empleando las cantidades correctas; en el tiempo y lugar adecuado.
En aplicación riego, el fertilizante es recomendable aplicarlo en la superficie del suelo o del mantillo ya que la lluvia o el riego van a mover ese fertilizante hacia las raíces. Sin riego o lluvia el fertilizante puede perderse mediante la evaporación en la atmósfera sin aportarle ningún beneficio a la planta. En tratamiento foliar, la calidad de la aplicación y de los coadyuvantes empleados son claves para la rápida asimilación nutricional.