Diseño sin título (2) 03 JUL

Bioestimulación del Olivo: Clave para Aumentar la Producción y Calidad del Aceite

En la producción de aceite de oliva, el rendimiento graso de la aceituna es uno de los factores más determinantes a la hora de valorar la cosecha. Sin embargo, este rendimiento no depende únicamente de la genética de la variedad ni del manejo agronómico habitual, sino que está íntimamente ligado a procesos fisiológicos que pueden verse afectados por múltiples factores de estrés abiótico.

En este contexto, la bioestimulación dirigida se presenta como una estrategia eficaz para optimizar la lipogénesis —es decir, la síntesis y acumulación de grasa en el fruto—, especialmente en los momentos clave del desarrollo del olivo.

Entendiendo el proceso: ¿Cuándo y cómo se forma el aceite?

El desarrollo de la aceituna se divide en tres grandes fases. Durante las dos primeras, el fruto prioriza la división celular y la formación de tejidos estructurales, como el hueso y el embrión. No es hasta la tercera fase, caracterizada por el rápido crecimiento de la pulpa (mesocarpo), cuando se activa la maquinaria celular responsable de producir aceite. A este proceso se le denomina lipogénesis.

Este fenómeno ocurre principalmente entre los meses de junio y septiembre, y alcanza su punto álgido justo antes del envero, cuando el fruto cambia de color. En esta fase, el equilibrio fisiológico del árbol es clave: cualquier alteración puede comprometer la acumulación de lípidos, afectando tanto a la cantidad como a la calidad del aceite obtenido.

¿Cómo puede ayudar la bioestimulación?

Una de las herramientas más eficaces en este punto es e-OLIVE, una solución desarrollada por Econatur basada en compuestos bioactivos como ácidos hidroxibenzoicos, polifenoles y polialcoholes. Su acción es tanto directa como indirecta, enfocándose en mejorar el metabolismo secundario del olivo.

-Ácidos hidroxibenzoicos y hidroxitirosol: escudo frente al estrés

Los ácidos hidroxibenzoicos presentes en e-Olive poseen una alta capacidad antioxidante, esencial para neutralizar el exceso de radicales libres (ROS) que se generan durante condiciones de estrés ambiental, como olas de calor o falta de agua. El hidroxitirosol, por su parte, actúa como protector enzimático, conservando las rutas metabólicas implicadas en la formación de lípidos, lo que se traduce en una mayor eficiencia de lipogénesis.

-Polifenoles: defensa y calidad sensorial

Los polifenoles no solo fortalecen el sistema inmune del olivo, sino que además influyen directamente en las características organolépticas del aceite, mejorando su aroma, sabor, color y estabilidad oxidativa.

-Polialcoholes: eficiencia en el transporte interno

Aunque no intervienen directamente en la síntesis de grasas, los polialcoholes de e-Olive favorecen el movimiento de fotoasimilados desde las hojas hasta el fruto, mejorando la vascularización y acelerando la maduración. Esto permite incluso adelantar la recolección, sin comprometer el rendimiento ni la calidad del aceite final.

Resultados visibles y sostenibles

La aplicación de productos bioestimulantes como e-OLIVE permite al agricultor mantener un rendimiento estable incluso en campañas con estrés climático, aprovechando al máximo el potencial genético del cultivo. Además, al reducir la dependencia de insumos sintéticos y fomentar el metabolismo natural del árbol, se refuerza un modelo de agricultura más sostenible y respetuoso con el entorno.

En definitiva, la bioestimulación no es solo una tendencia, sino una herramienta esencial para quienes buscan una olivicultura moderna, eficiente y adaptada al cambio climático. Apostar por tecnologías como e-OLIVE es invertir en rendimiento, calidad y futuro.

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